sábado, setembro 23, 2006

En el metro.


Iba de pie, junto a la puerta, como siempre.La mujer negra se puso junto a mi, con sus tres hijos, uno de unos 10 u 11 años, el otro rondaría los 3 o 4 y la niña también.
Recibió una llamada y contestó en una lengua africana.Dijo algo gritando y se quedó muda. Supe que le habían dado alguna noticia terrible. Siguió gritando y colgó. Lloraba y gritaba, ahora en inglés para que los niños la entendieran. Yo miraba al cristal de la puerta porque no sabía dónde meterme. Ni si quiera quería ver su reflejo en el cristal, bastante tenía con sentirla, junto a mi, y todo su dolor. Pero si observé el reflejo de los meninos. El mayor, preguntó qué pasaba y la abrazó. Era el más consciente de que algo horrible estaba sucediendo. Ella no le contestaba, sólo podía llorar. Los más pequeños también se echaron a sus brazos. Los tres, abrazados y llorando, junto a mí. Notaba cómo el escalofrío me erizaba hasta los pelos de la cabeza.
Llamaron de nuevo. Fue aún peor, parecía como que aún tenía alguna esperanza, pero no.
Los niños seguían mirándola preocupados, atemorizados, tristes por ver a su madre llorar sin saber qué pasaba y que nada podían hacer.
El mayor siguió abrazándola mientras la pequeñita algunos segundos pasaba de todo, otros se reía, otros se asustaba, otros jugaba a abrir la puerta del vagón e intentó escaparse en una parada. Fue muy tierno ver cómo su otro hermano de más o menos su edad, la cogía por la cintura y le reñía cúando intentó fugarse, le salió el instinto protector porque su madre estaba ida y su hermano la consolaba. Luego se ponía a gritar y llorar mirando a su madre, porque ella lloraba y no le abrazaba. Se veía el dolor en sus enormes ojos negros. Se sentía fuera de ese momento crucial en la vida de su madre. Esto no lo ví a través del cristal.
A mi también me salió el instinto. Por unos momentos, yo me sentí parte de esa familia. Sentí el dolor de la pérdida del padre de esa mujer, cogí a la niña del suelo cuando se cayó, no dejé que se escapara e incluso les di clinex cuando el mas pequeñín me vómito en los pies, pero para que le limpiaran la boca y los mocos, aunque ella, tras darme las gracias en español se tiró al suelo llorando a limpiar el vómito del suelo... Abrió la puerta con las manos manchadas, tiró los pañuelos fuera y bajaron en esa parada.
Yo me bajé en la siguiente y también lloré.